El arte no existiría sin la necesidad de actualizar las ideas. Mi obra refleja una indagación constante en la búsqueda de la manera idónea de interpretar las ideas que tengo sobre mi misma y sobre el camino de la vida.
A lo largo de mi existencia he ido desarrollando ideas y conocimientos que son amalgamados en una extensión del pasado para formar parte de la obra, de dónde vengo, y qué he recorrido y aprendido, así como una visión de hacia dónde voy, un camino que continúa.
Encuentro una similitud entre el papel y el metal y así me enfrento a éste último, como si fuera un pergamino, descubriendo su lado sutil y suave, faceta que a veces parece esconderlo en su rigidez. Rigidez que a su vez aprovecho para perforarlo con inserciones, perforándolo, atravesándolo y así logrando ilusiones de tejido en movimiento. Siempre teniendo presente un balance asimétrico en todas mis obras.
En mis obras estoy presente de una manera viva, donde los aspectos de mi personalidad están escondidos en ellas. En los cortes precisos, está mi manera de ser estructurada; en las curvas sutiles, mi parte sensible y dócil; en las cintas arrugadas mi lado agitado y rebelde. En definitiva, en cada obra está plasmada mi esencia humana.