Palabras extraídas del texto de Susana Benko*, «Espacio y Color en la escultura de María Angélica Viso».

«A partir de 2011 la necesidad de crear sin sujeción a lo funcional y a lo utilitario fue determinante para que se produjera en ella un cambio radical. Todas las técnicas aprendidas con la madera las aplicó para sus primeras piezas geométricas. Al principio lo asumía como un juego pero luego, dominando el medio, realizó interesantes composiciones rítmicas debido a su manera de distribuir las formas en el espacio. En todas sus piezas, desde sus inicios a la actualidad, se nota la incidencia de la luz a través del color, elemento expresivo de importancia sustancial en la obra escultórica de esta artista.
Seguidamente, surgió el interés por el metal, específicamente por el acero al carbón y el aluminio. Con estos, comenzó también su pasión por el trabajo metalúrgico propiamente dicho, desde los cortes, los doblajes, las soldaduras hasta el proceso de pintado y acabado final. Todo lo ejecuta María Angélica personalmente, pues estos procesos forman parte de su investigación plástica. De alguna forma, hacerlo ella misma, le garantiza la perfección que busca en sus obras. A partir de entonces se han sucedido diversas series: en 2012 realiza sus Serpentinas metálicas, que consiste, como su nombre indica, en desplegar cintas metálicas en el espacio. Algunas de éstas parten de un soporte constituido por una base o marco de metal; otras es sólo la serpentina que se “volatiliza” en el espacio. En ambas opciones, María Angélica desafía la dureza y el peso del metal, creando formas “aéreas” que dan impresión de ligereza. Las serpentinas, por otra parte, pueden ser lisas o presentarse anudadas o arrugadas como si fueran trozos de papel. En todas, el elemento común es la imagen de levedad.
Familiarizarse con el material, le permitió adquirir mayor libertad en sus procedimientos. En 2014 realiza la serie Deshojando, en la que de alguna manera “desgarra” la lámina de metal como si ésta fuera una “hoja de papel”. En esta serie, como en la anterior, la dureza del acero se vuelve imagen de liviandad.
Principio similar se mantiene en Inserciones que realiza en 2015. En esta serie integra los dos procedimientos utilizados anteriormente: la volatilidad de la cinta serpenteada y la imagen de la lámina “deshojada”. La cinta, ahora, parece cobrar un dinamismo inusitado: “invade” el soporte cuando se inserta y se extrae “como si estuviera cosiendo el bastidor”, tal como lo describe la artista. En otros momentos, esta cinta es también un elemento “enlazante” cuando varios cuerpos escultóricos (o diversas bases o soportes) se adicionan por medio de ella conformando una sola obra. Este recurso lo aplica en ocasiones, especialmente para piezas de mayor escala para grandes espacios arquitectónicos o en espacios exteriores.
Todo esto da pie a la formulación de una nueva geometría. Partiendo de figuras básicas como el círculo, el rombo, el cubo y el rectángulo, María Angélica realiza lo que por ahora denomina sus Geometrías metálicas. Se trata de un trabajo en desarrollo que presenta, por ahora, dos posibles soluciones. La primera consiste en la creación de una figura geométrica central a partir de la superposición de diversas figuras geométricas idénticas, de menor tamaño, distribuidas según un orden determinado conformando, de este modo, la composición. La segunda solución se sostiene igualmente en las relaciones entre formas, sólo que su distribución secuencial sobre el plano sugiere desplazamiento, ritmo, en otras palabras, una ilusión de movilidad ante la mirada. Dominado el medio y todos sus recursos, la obra actual de María Angélica Viso denota que el eje central de la investigación se enfoca ahora más en la imagen y en la percepción visual.
A todas estas, cabe apuntar la importancia que tiene el color en todas las series. Constituye el eje protagónico central. Cada pieza deslumbra por la vivacidad y pureza del color, lo que significa luminosidad, cualidad presente tanto en las obras de carácter espacial como en las de mayor peso compositivo. El color, brillante y enérgico, no sólo enfatiza su factura considerablemente limpia, sino que en nuestra percepción, la obra se expresa no sólo como forma sino cromáticamente. Color es luz y es justamente por ello, el elemento distintivo de todas las esculturas de María Angélica Viso.»

*Curadora e Investigadora de arte. Miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte. Coordinadora Editorial en Venezuela de la revista Art Nexus.